3.5 Análisis


3.5    Análisis

En la Tabla 1 se analiza un hipotético estudio muy simple, con solo dos grupos: 50 fumadores y 350 no fumadores. Asumimos que nadie cambia su exposición, que ésta es constante y que el seguimiento ha sido completo para toda la cohorte, sin otras pérdidas que las relacionadas con la incidencia de un determinado cáncer, que aparece en 10 de los fumadores (a) y en 14 de los no fumadores (c).



Análisis de los estudios de cohortes

Tabla 1. Análisis de los estudios de cohortes



Esto permite calcular incidencias acumuladas, o riesgos. La asociación puede medirse, en primer lugar, con razones, o diferencias relativas, entre las incidencias en expuestos (Ie) y no expuestos (Ine) (Tabla 1 a]). Esta razón de riesgos (RR o "riesgo relativo"), expresa, si no hay factores de confusión ni sesgos, cuántas veces es más probable la aparición de la enfermedad en expuestos en relación a no expuestos.

En nuestro ejemplo, la "RR" es de 5: el hábito de fumar cigarrillos multiplica por 5 el riesgo de los no fumadores. Si el cociente hubiera sido 1 no habría asociación (fumar no aumenta el riesgo de aparición de ese cáncer), en tanto un valor menor de 1 indicaría que la exposición es protectora.

En segundo lugar podemos valorar la asociación como diferencia entre riesgos, (Tabla 1 b]), lo que nos informa, en valor absoluto, sobre el riesgo que añade (o resta, si es protectora) una exposición. Por esto, y aunque no es un término muy correcto, a esta diferencia se le suele denominar "riesgo atribuible" (RA). Si las incidencias son idénticas su valor es cero, por lo que no cabe "atribuir" ningún riesgo a la exposición.

En nuestro ejemplo, el "RA" indicaría que, en fumadores, cuyo riesgo absoluto es del 20%, se puede atribuir al tabaco un riesgo del 16%. Dicho de otro modo, es la cantidad de riesgo que desaparecería si dejaran de fumar, pues en tal caso aún les quedaría el riesgo propio de los no fumadores, en este caso 4% (al menos potencialmente, pues raramente el riesgo en los expuestos puede reducirse cuando dejan de exponerse hasta el nivel de aquellos que nunca han estado expuestos).

Dividiendo la RA entre la incidencia en expuestos (Ie), obtenemos la "proporción atribuible en expuestos" (PAe) (Tabla 1 c]). En nuestro ejemplo la PAe es del 80%, y expresa lo mismo que el RA, pero en porcentaje del riesgo de los expuestos ("prevendríamos, en los fumadores, el 80% de los casos de cáncer -esto es, 4 de cada 5- si dejaran de fumar").

Finalmente, para la "proporción atribuible poblacional" (PAp), sustituimos, en la fórmula de la PAe, la Ie por la incidencia en toda la población (It) (Tabla 1 d]). Mientras la PAe nos indica qué porcentaje de enfermedad evitaríamos en los expuestos, la PAp nos informa sobre la proporción de casos que se podrían llegar a prevenir en el conjunto de la población. Por esto son medidas de impacto. Como puede verse en la Tabla, ambas medidas pueden calcularse directamente a partir de la RR.

Por supuesto, para su cálculo hay que saber que proporción de expuestos hay en la población. Si, en nuestro ejemplo, asumimos que nuestra cohorte es representativa de la experiencia en relación con el tabaco de la población, habría un 12,5% de fumadores (50 de un total de 400). Haciendo los cálculos, la PAp sería del 33,3% ("prevendríamos en esta población una tercera parte de los casos de cáncer si los fumadores dejaran de fumar...asumiendo que el riesgo se iguala de inmediato al de los no fumadores").

Por último, cuando la aparición de la enfermedad se mide a través de tasas, el análisis es superponible al presentado en la Tabla 1, si bien sustituyendo las celdas b y d por un denominador de persona-tiempo, en expuestos y no expuestos, respectivamente, y calculando razones de tasas y diferencias de tasas, en vez de razones y diferencias de riesgos.