6. Mecanismos Biológicos
6. Mecanismos Biológicos
Pese a los numerosos ensayos realizados en experimentación animal, los resultados con el alcohol, han sido siempre negativos. Así pues, en sentido estricto, el alcohol no sería un agente "cancerígeno", pero es una sustancia que consumido por el hombre supone un aumento del riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Los estudios consultados recogen distintas hipótesis que tratan de explicar como el etanol puede actuar como factor de riesgo en el desarrollo de cáncer. Como posibles mecanismos para el efecto local se postula el aumento de la permeabilidad de la mucosa bucal debido al contacto del alcohol, caracterizada por una atrofia epitelial que se traduce en un incremento de la susceptibilidad del tejido a la penetración de agentes carcinógenos. Según los autores consultados, este hecho se puede deber tanto al aumento de la solubilidad de los carcinógenos como al aumento de la permeabilidad de la mucosa. El alcohol podría actuar como solvente de determinadas substancias cancerígenas. Entre los destilados alcohólicos se pueden encontrar alcoholes de elevado peso molecular; algunos de ellos pueden causar cáncer en ratas. Sin embargo, esto no explicaría el porqué las bebidas procedentes de fermentaciones alcohólicas como el vino, la sidra o la cerveza, suponen también un aumento en el riesgo de cáncer en el hombre. Ya en los años 60, un grupo de investigadores japoneses, estudiando el papel de las sustancias cancerígenas clásicas como el 3-4 benzopireno, reseñaron que si el producto era administrado en solución alcohólica, provocaba con mayor frecuencia la aparición de cáncer de esófago en ratas que si era administrado en solución acuosa.
Como la acción del alcohol se combina muy frecuentemente con la del tabaco, se ha considerado que los agentes cancerígenos identificados en el humo del tabaco, como la nicotina, verían su acción reforzada en presencia de alcohol. Es necesario recordar, no obstante, que el riesgo aumenta en función del grado de consumo de alcohol, también en los no fumadores.
Recientemente han sido identificadas un nuevo grupo de sustancias químicas capaces de provocar la aparición de cáncer en animales de experimentación: las nitrosaminas. Existen experiencias donde se suministraron de estos compuestos a ratones con y sin alcohol, observándose que en presencia de alcohol la aparición de epiteliomas de progaster (equivalente al esófago en ratones), era mucho mayor.
Otra línea de trabajo abierta en la investigación de los mecanismos de actuación se concentra en la perturbación del metabolismo del alcohol. El acetaldehído es el metabolito mejor conocido del metabolismo del alcohol en el organismo. Se sabe que en lo individuos alcohólicos, existe una modificación de los mecanismos de regulación del metabolismo del alcohol. La experimentación animal a mostrado que la administración prolongada de alcohol dificulta su transformación metabólica. Así se ha encontrado que en cultivos celulares a corto plazo causa mutaciones y otros daños a nivel del ADN. Así en la actualidad se considera que aquellas situaciones que induzcan acumulación de esta metabolito, ya sea por su producción (incremento de la microflora aerobia productora de acetaldehído debido al consumo de alcohol, o bien a la mala higiene bucal) o por un descenso en las rutas de eliminación (alteraciones en la enzima aldehído deshidrogenasa que metaboliza el acetaldehído a acetato), suponen un mayor riesgo. Las experiencias con monos, demuestran que estos mecanismos provocan lesiones hepáticas: hígado graso, fibrosis y cirrosis.
En el hombre el cáncer primario de hígado es el más frecuentemente asociado a la cirrosis, y se podría pensar que mecanismos que este tipo por los que el alcohol puede provocar cáncer hepático. Estos mecanismos no permiten de todos modos explicar el porqué los cánceres ligados al consumo de alcohol aparecen principalmente en la vías aerodigestivas superiores.
Por último, ha surgido una nueva vía de investigación con el estudio del metabolismo de los retinoides, moléculas fundamentales en el la regulación del crecimiento y diferenciación epitelial, cuya función podría verse alterada como consecuencia del proceso de transformación del etanol, al producirse una inhibición competitiva en los enzimas participantes.