3. Utilidad Clínica Del Estudio De La Enfermedad Mínima Residual En El Melanoma
3. Utilidad Clínica Del Estudio De La Enfermedad Mínima Residual En El Melanoma
Las lesiones cutáneas pigmentadas constituyen unas de las alteraciones que se observan con mayor frecuencia en la exploración física. La dificultad radica en distinguir el melanoma cutáneo (que puede tener carácter mortal) del resto de lesiones pigmentadas, que con raras excepciones, son benignas.
El melanoma se origina a partir de los melanocitos, que son células pigmentadas que existen normalmente en la epidermis y en ocasiones también en la dermis.
Su incidencia ha aumentado espectacularmente (un incremento del 300% en los últimos 4 años); puede afectar a adultos de todas las edades, incluso individuos jóvenes (desde la
adolescencia). Presenta manifestaciones clínicas distintas que lo hacen detectable en un momento en el que es posible la curación mediante extirpación quirúrgica, y se localiza en la superficie cutánea, donde es visible. La razón de este aumento en la incidencia no se ha esclarecido, aunque podría estar en relación con la mayor exposición al sol, especialmente en las primeras épocas de la vida. Las personas más susceptibles al melanoma son los que presentan piel clara, cabello rubio o rojizo, ojos azules y pecas, y los que presentan quemaduras solares con facilidad. Otros factores que se asocian con un aumento en el riesgo son los antecedentes familiares de melanoma (aproximadamente 1 de cada 10 pacientes con melanoma tiene un familiar con melanoma), presencia de un nevus displásico (nevus atípico), un nevus melanocítico congénito gigante, un nevus melanocítico congénito de tamaño pequeño o tamaño intermedio, la presencia de un número superior al número medio de nevus melanocíticos y la inmunosupresión (Harrison, 1994)
El estudio de la enfermedad mínima residual en el melanoma aporta información útil para poder tomar decisiones clínicas por un equipo multidisciplinario (Shawn et al., 2008).
El marcador más utilizado es la tirosinasa. Es un enzima monooxigenasa que actúa en las primeras etapas de la síntesis de la melanina, y cataliza la conversión de tirosinasa en DOPA y ésta en dopaquinona. El gen que la codifica se expresa específicamente en los melanocitos y células de melanoma. Es uno de los marcadores más específicos de melanocitos, y además se conserva en la mayoría de las metástasis amelanocíticas de melanoma (Nicole et al., 2001). Los melanocitos no circulan por la sangre periférica, por este motivo si se detecta el transcrito de la tirosinasa en una muestra sanguínea, estaremos detectando células circulantes del melanoma.
Otros marcadores utilizados son el S100, Melan A/ MART1 (es un antígeno del melanoma reconocido por las células T) (Kawakami et al., 1994), HMB45 y NK1beteb (son anticuerpos que reconocen específicamente a la proteína gp100, que es una proteína específica de melanocitos) (Adema et al., 1993). Otros genes asociados a este tumor son la familia génica MAGE (Plaen et al., 1991).
Las proteínas gb100 y Melan A/ MART 1 no son marcadores tan utilizados como la tirosinasa porque se ha demostrado que se pierden con frecuencia durante la progresión de tumor (Carrel et al., 1991).
La técnica más empleada para el estudio de EMR en este tipo de cáncer es una técnica de biología molecular que está basada en la reacción en cadena de la polimerasa. Se llama PCR inversa (RT-PCR), y más adelante será explicada con más detenimiento en el apartado de las técnicas empleadas para el estudio de la EMR. La primera publicación de este ensayo fue en 1991, cuando Smith et al. emplearon esta técnica para amplificar transcritos de tirosinasa y así poder detectar células circulantes de melanoma en sangre periférica. A partir de entonces, la amplificación de este
transcrito por RT-PCR se ha utilizado en muchas investigaciones para detectar células del melanoma diseminadas. Las células de melanoma circulantes pueden permitir la detección de EMR en los pacientes que han recibido un tratamiento con intención curativa (Palmieri et al., 2003 ). Entre las aplicaciones clínicas de la RT-PCR en el melanoma se encuentran: