1. Introducción

1.      Introducción

Las bases moleculares de la carcinogénesis y la metastatización han sido el objeto de extensos estudios, siendo la metástasis la causa más importante del fallo a los tratamientos oncológicos y por consiguiente de la muerte del paciente (Bibbo & Longatto, 2001).A través de un proceso lento y de múltiples fases que involucran interrelaciones entre moléculas distintas, las células neoplásicas adquieren la capacidad de metastatizar.

El fenómeno metastásico se produce debido a la acumulación de distintas alteraciones genéticas y celulares que se traducen en la pérdida del control del crecimiento, desregulación de la motilidad, proteólisis, modificación de la respuesta inmune y angiogénesis.

El proceso de metastatización conlleva interacciones entre las células tumorales, las células del huésped y la matriz extracelular. Las células tumorales interaccionan con la matriz a través de varias glicoproteínas específicas que actúan como receptores de la superficie.

Por otro lado, las moléculas de adherencia como las cadherinas llevan a cabo un papel inhibitorio al desarrollo metastásico. Las enzimas glicolíticas y las proteasas como las metaloproteinasas (y su inhibidores TIMPs), las serinas, proteasas, el uPA (y sus inhibidores: PAI-1,2,3 y nexina) y las catepsinas tienen un papel fundamental en la degradación de la membrana basal, en la migración y en la angiogénesis durante el fenómeno metastásico.

Finalmente, para que ocurra metástasis a distancia, las células tumorales necesitan desprenderse de su tejido original, invadir el tejido adyacente para entrar en el sistema circulatorio (linfático o sanguíneo), sobrevivir a la respuesta del sistema inmunitario, llegar a otro órgano, extravasar el intersticio y después de inducir la angiogénesis, multiplicarse para formar una colonia metastásica (Meyer & Hart ,1998).