4.1.1 Métodos inmunohistoquímicos
4.1.1 Métodos inmunohistoquímicos
Se basan en la identificación en la muestra histológica de productos celulares y marcadores de superficie específicos de un tipo de cáncer mediante anticuerpos monoclonales específicos. La principal dificultad para detectar células cancerosas residuales es la identificación de los antígenos cáncer-específicos (Van der Tomm et al., 2001). Estos antígenos pueden ser proteínas con expresión aumentada en las células del carcinoma o pueden ser proteínas no detectables por técnicas inmunológicas en las células normales. Como antígenos diana se suelen utilizar citoqueratinas y otras proteínas de membrana. Se utilizan distintos anticuerpos monoclonales para detectar por este método células tumorales en médula ósea y/o sangre periférica de pacientes con tumores epiteliales (cáncer de mama, colon, recto, estómago, páncreas, pulmón, vejiga y riñón), o tumores hematológicos (Corradini et al., 2002). Su sensibilidad es de una célula tumoral de entre 105-106 células normales (Braun et al., 2001). Tanto su especificidad como su sensibilidad dependen de la expresión del antígeno diana y de la afinidad del anticuerpo monoclonal frente al antígeno.
En investigaciones realizadas en pacientes con cáncer de mama en los que se estudió por inmunohistoquímica la presencia de células tumorales residuales en médula ósea, utilizando como antígenos específicos la citoqueratina 18, pancitoqueratinas, el antígeno de membrana epitelial y glicoproteínas asociadas al tumor (TAG 72), se demostró que el antígeno que proporciona mayor sensibilidad era la citoqueratina 18 (Braun et al., 2001). Sin embargo, las citoqueratinas no pueden usarse como antígenos específicos para estos fines en muestras de ganglios linfáticos, debido a que las células reticulares expresan citoqueratinas y podrían dar falsos positivos.
Así, para estudiar células tumorales en ganglios linfáticos, se utilizan como marcador específico el Ber-EP4, porque no reacciona con el tejido mesenquimatoso, se dirigen frente a las glicoproteínas 34 y 49 Kd de la superficie y citoplasma de todas las células epiteliales menos en las células superficiales del epitelio escamoso, hepatocitos y células parietales (Corradini et al., 2002).
Los factores que influyen en la técnica son la contaminación de un aspirado de médula ósea con sangre periférica, número de aspirados analizados, número de células analizadas por aspirado y el patrón de expresión de citoqueratinas.
Puede haber falsos positivos debido a la inespecificidad de la tinción de células no epiteliales. Una posible solución sería la reexaminación cuidadosa de aquellas células positivas por un patólogo experto (Jeannine et al., 2001).
Durante el proceso de diferenciación de la carcinogénesis es posible que se pierda la expresión de los antígenos específicos, siendo la causa de falsos negativos (Ghossein et al., 2000).