4. Fitoestrógenos Y Cáncer De Próstata


4.    Fitoestrógenos Y Cáncer De Próstata

Al igual que ocurre con el cáncer de mama, la incidencia de cáncer de próstata en los países asiáticos es muy baja en comparación con la de los países occidentales. Dado que también en este caso se trata de cánceres hormono-dependientes, es posible que las dietas conteniendo componentes con actividad hormonal - como las isoflavonas - puedan jugar un papel destacado en la explicación de esta baja incidencia.

La relación entre el desarrollo de cáncer de próstata y los niveles de andrógenos está bastante clara. Sin embargo la relación de este cáncer con los estrógenos es bastante controvertida, ya que si bien algunos cánceres de próstata responden bastante bien al tratamiento con estrógenos, también se ha relacionado la presencia de niveles elevados de estas hormonas con hiperplasia benigna de próstata y también con cáncer. El hecho de que los estudios epidemiológicos indiquen que el consumo regular de soja, previene el cáncer de próstata, y el hecho de que este alimento sea muy rico en isoflavonas y otros fitoestrógenos, unido al hecho de que los niveles séricos de estos compuestos en poblaciones "protegidas" como la Japonesa sean muy elevados ha hecho que se intensifique los esfuerzos para determinar por qué mecanismo podrían los fitoestrógenos ejercer este papel protector.

En la actualidad ningún estudio ha conseguido demostrar una relación protectora directa de los fitoestrógenos, pero sí existen varias evidencias de que sus efectos sobre el tejido prostático pudieran mediar este papel protector:

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Por un lado, se sabe que en el tejido prostático está presente el REβ, al que los fitoestrógenos son capaces de unirse. Esta unión, como ya comentamos en el anterior apartado, provoca la heterodimerización con el REα, siendo este heterodímero inactivo para iniciar la ruta de señalización estrogénica. Es decir que en presencia de los fitoestrógenos la señalización mediada por el RE está disminuída, lo que podría explicar un papel protector.
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Los fitoestrógenos como la genisteína administrados de forma continuada a animales de experimentación producen una regulación a la baja del RE en el tejido prostático, situación que al igual que comentamos en el caso anterior podría ser preventiva del cáncer de próstata.
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La genisteína inhibe también en la próstata la expresión del EGFR y del receptor para erbB2, lo que minimizaría la estimulación mediada por estos factores de crecimiento, factor que igualmente es protectora frente al desarrollo de cáncer