1. Introducción

1.    Introducción

El cáncer de pulmón representa la primera causa de muerte por cáncer en los países desarrollados, siendo más frecuente en el varón entre la quinta y la séptima décadas de la vida. El principal agente carcinogénico relacionado con esta neoplasia es el tabaco. A efectos prácticos de clasificación y tratamiento, los tumores pulmonares se dividen en carcinomas microcíticos (20-25%) y carcinomas no microcíticos (carcinoma epidermoide o escamoso (30-35%), adenocarcinoma (20%) y carcinoma de células grandes (10-20%). Con escasa frecuencia se detecta localizado exclusivamente en el pulmón, siendo lo habitual encontrarlo en estadios avanzados de inicio (afectación ganglionar mediastínica). La diseminación vía hematógena se produce desde estadios muy precoces, por lo que en el momento del diagnóstico ya pueden existir metástasis, sobre todo en el caso del carcinoma de células pequeñas. Los lugares más frecuentes de diseminación son el hígado, el hueso, las glándulas suprarrenales y el cerebro. La síntomatología más frecuente que ocasiona es síndrome constitucional, tos, disnea, dolor torácico, hemoptisis, disfagia y disfon ía. E l Sí ndro me de la v ena c ava su p e ri o r aparece en el 4% de los cánceres de pulmón. Es un tumor que produce síndromes paraneoplásicos con relativa frecuencia. La realización de una TAC toraco-abdominal es fundamental para un correcto estadiaje tumoral, que sigue la clasificación TNM. En el carcinoma no microcítico los tratamientos locales como la cirugía y la radioterapia son potencialmente curativos en estadios precoces. En etapas avanzadas las opciones terapéuticas son la radioterapia y la quimioterapia que producen una importante paliación de los síntomas. La base del tratamiento del carcinoma microcítico es la quimioterapia, asociando la radioterapia para consolidar la respuesta obtenida. En caso de remisión completa tumoral, se asocia la irradiación holocraneal debido al alto riesgo de diseminación cerebral. A pesar de las mejoras en la administración de los tratamientos y la aparición de nuevos fármacos, el cáncer de pulmón sigue teniendo un pronóstico infausto.