1. Introducción
1. Introducción
El cáncer de vejiga es un tumor frecuente, que afecta mayoritariamente a personas entre la 6ª y 7ª década de la vida, especialmente varones y que se relaciona con el uso del tabaco, algunas exposiciones industriales como, anilinas, benceno o industrias del aluminio o medicamentos como la fenacetina. La infección por schistosoma hematobium induce tumores de tipo epidermoides. La enfermedad se presenta en el 70-80% de los casos en forma de tumores superficiales (Ta,Tis, o T1), debido en parte a la existencia de un síntoma de "alarma" (hematuria indolora) y de carácter multifocal, dada la vehiculación de los carcinógenos por la orina. El diagnóstico se establece mediante cistoscopia, examen bajo anestesia y Resección Transuretral (RTU). La extensión más allá de la vejiga se estudia mediante TAC abdominopélvico, radiografía de tórax y gammagrafía ósea en casos seleccionados. El 90% de los tumores son de tipo transicional. El tratamiento de los tumores en estadios superficiales se basa en la RTU asociada a tratamientos intravesicales con quimioterapia o preferiblemente con inmunoterapia a base de instilaciones de BCG. Las tasa de curación a los 5 años varían alrededor del 80%. Los tumores invasivos se tratan con cistectomía, radioterapia o combinaciones de ambas asociadas o no a quimioterapia. Las diversas opciones terapéuticas están sujetas a debate, en parte debido a su propia toxicidad y en parte a la avanzada edad de la mayoría de los enfermos, con alta posibilidad de sufrir otras enfermedades intercurrentes. La supervivencia oscila entre el 20-75% según el grado de invasión de la pared vesical. En los tumores con extensión a otros órganos pélvicos, que muestran afectación ganglionar o que tienen metástasis a distancia, la probabilidad de curación es escasa. Los tratamientos paliativos son los más útiles en estos casos.