8. Diagnostico De Extensión
8. Diagnostico De Extensión
Dada la conducta biológica de este tumor es necesario para conocer el grado de afectación no solo de carácter local sino también regional y a distancia, lo que nos permitirán un enfoque correcto de cara al tratamiento.
La colonoscopia con toma de biopsia asociada si es necesario al enema opaco son las pruebas de diagnóstico de la enfermedad. La extensión a lo largo de la pared y la presencia de adenopatías pericólicas, podría ser conocida mediante la ecografía transrectal. El TAC abdominopélvico es útil para valorar la relación del tumor con otros organos pélvico además de conocer la relación del tumor con el mesenterio, cavidad peritoneal, fístulas y necrosis tumoral. Además nos informa de la extensión regional ganglionar y de la presencia de metástasis hepáticas. La Resonancia Magnética Nuclear aporta pocas ventajas con respecto a la TAC, si bien es mejor para la valoración del canal anal, fístulas y abscesos. En el estudio de extensión metastásica del tumor se incluyen la Ecografía abdominal (útil para valorar hígado), la RX tórax (para descastar metástasis pulmonares) y la gammagrafía ósea en casos de sintomatología sospechosa de ese origen. La Gammagrafía con anticuerpos marcados no se usa de rutina en el estadiaje, siendo su indicación la valoración de recidivas con posibilidad de resección. El PET no forma parte de los test rutinarios de estadiaje, y se emplea para el diagnóstico diferencial de lesiones presacras con marcadores elevados y con TAC y RMN no concluyentes, subsidiarias de resección. En todos los casos hemos de realizar una Bioquímica, hemograma y marcadores tumorales. Dentro de estos últimos el CEA y en menor medida el CA 19'9, son excelentes marcadores relacionados no solo con la extensión de la enfermedad al diagnóstico, sino también con la monitorización de la respuesta a los tratamientos.