1. Introduccion:
1. Introduccion:
El cáncer colorrectal es la tercera neoplasia más frecuente y causa una alta mortalidad. Suele manifestarse por encima de los 50 años y se encuentra entre las neoplasias más relacionada con factores ambientales, especialmente dietéticos, como la ingesta de grasas animales y el bajo consumo de fibras. Existe una predisposición hereditaria en el caso de las poliposis colónicas hereditarias y hasta un 25% de los pacientes tienen antecedentes familiares de la enfermedad. El hallazgo de pólipos adenomatosos sobre todo sesiles y tipo histológico velloso, se considera un factor de riesgo. La vehiculación de los carcinógenos en las heces explica el carácter multifocal de este tumor.
No hay evidencia suficiente para una recomendación a favor o en contra de la realización de programas de screening en personas asintomáticas, ni para suspenderlos en donde se estén realizando de forma habitual. Actualmente puede considerarse prudente el realizarlos en personas de 50 años o mayores, en los que se consideren factores de riesgo. Las técnicas disponibles están lejos de ser el ideal de screening. Dentro de las más utilizadas están el test de sangre oculta en heces y la rectosigmoidoscopia flexible. En cuanto a la primera, tiene un bajo coste y resulta muy sencilla de realizar, pero tiene una alta proporción de falsos positivos y negativos. En cuanto a la rectosigmoidoscopia flexible (técnica algo molesta y cara para el paciente), su idoneidad está actualmente en duda, por el cambio en la localización de este tumor pasando a ser más frecuente en ciego que en colon izquierdo y recto. La colonoscopia es el procedimiento actualmente de elección en el screening y el diagnóstico de la enfermedad. Permite estudiar todo el colon y se asocia a polipectomía/biopsia, realizandose siempre que un paciente presente síntomas sugestivos de esta enfermedad, como rectorragias, alteraciones del hábito intestinal o dolor. El tipo histológico más frecuente del carcinoma colorrectal es el adenocarcinoma (95% de los casos).
Dada la conducta biológica de esta enfermedad, será necesaria una interrelación multidisciplinaria correcta, confiando el control de la enfermedad local a la cirugía y la radioterapia (en los tumores de recto) y el control de la enfermedad metastásica, tanto en su fase preclínica como en la clínica evidente a la quimioterapia. La combinación de quimioterapia y radioterapia administradas preoperatoriamente se están usando en el carcinoma rectal locorregionalmente avanzado, con el fin de intentar preservar la función de esfínteres.