3. El Tabaco
3. El Tabaco
En los países desarrollados el tabaco es la causa más importante de cáncer de pulmón (80-90 % en hombres y entre el 55-80 % en mujeres) y la causa principal de muerte por este tipo cáncer tanto en hombres como en mujeres. Entre el 75 y el 90% de los cánceres de laringe, cavidad oral y esófago se relacionan con el consumo de tabaco, tanto en solitario como en asociación con el consumo de alcohol. Además, según diferentes evidencias científicas, tiene una relación causal con el desarrollo de los cánceres de vejiga, riñón, páncreas y de cuello uterino y se ha sugerido la asociación del consumo de tabaco y la leucemia, el cáncer colorrectal y de próstata, pero no ha sido definida la causa de esta asociación. De este modo entre el 25 y el 30 % de las muertes por cáncer en Europa se deben al consumo de tabaco.
El riesgo para la salud por fumar no está limitado a los fumadores. Al exponerse al humo del tabaco en el ambiente, el riesgo de la persona que no fuma de padecer cáncer de pulmón aumenta considerablemente, cuando comparten el espacio con alguien que fuma. La Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA) dio a conocer en diciembre de 1992 un informe de evaluación de riesgos en el cual el humo del tabaco en el ambiente fue clasificado como carcinógeno del Grupo A; es decir carcinógeno comprobado para el hombre, una categoría reservada solo para los agentes más peligrosos que causan cáncer. El informe de la EPA calcula que el humo del tabaco en el ambiente es responsable cada año de cánceres de pulmón en varios miles de personas que no fuman, y la exposición al humo del tabaco en el ambiente está también relacionada con problemas respiratorios graves en bebés y en niños pequeños.
El humo del tabaco contiene miles de compuestos químicos, incluyendo 60 sustancias que se conocen como causantes de cáncer (carcinógenos). Al fumar, la nicotina se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y viaja hasta el cerebro, causando un efecto de adicción. Diferentes informes han señalado las siguientes conclusiones acerca de la nicotina: los cigarrillos y otras formas de tabaco son adictivos, y los aspectos que determinan la adicción al tabaco son similares a los que determinan la adicción a la heroína y a la cocaína.
El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón y otros cánceres relacionados con fumar, así como enfermedades no cancerosas, está relacionado con la exposición total en la vida al humo del tabaco. Esto incluye el número de cigarrillos que la persona fuma diariamente, la edad a la que empezó a fumar, el número de años que la persona ha fumado y su exposición al humo del tabaco en el ambiente.
En Europa aproximadamente uno de cada tres hombres adultos y una de cada cuatro mujeres, son fumadores habituales de cigarrillos. En Europa Central y del Este no hay por el momento claros signos de descenso en el hábito de fumar. La prevalencia global de mujeres fumadoras, por otra parte, es más baja por los bajos índices de la Europa del Sur, pero estos índices están en aumento, y, en ausencia de intervenciones eficaces en materia de prevención, puede continuar este aumento en las próximas décadas. En resumen, la prevalencia de fumadores en el rango de edad entre los 25-39 años es alta (50 % de hombre y un 40 % de mujeres), lo cual puede tener una notable influencia sobre los patrones de aparición de cáncer en el futuro.
El control del consumo de tabaco supone una prioridad en la Salud Pública. El mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades son aspectos cada vez más importantes del trabajo de los oncólogos y el objetivo más importante es advertir sobre los riesgos que para la salud supone en consumo de tabaco.