1. INTRODUCCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
El microambiente tumoral lo constituyen el flujo sanguíneo, la microcirculación, el aporte de oxígeno y nutrientes, el pH residual y el estado bioenergético y metabólico de un tumor. Este microambiente influye en las características biológicas de los tumores, como la tasa de proliferación celular, la capacidad de reparación de la lesión sub-letal o potencialmente letal, la inducción de la apoptosis o el potencial de invasión metastásico y angiogénico, así como de la expresión de genes responsables de la resistencia a drogas. También influye en la respuesta de los tumores al tratamiento radioterápico y/o quimioterápico, demostrándose el efecto de los niveles bajos de hemoglobina en los resultados de la radioterapia tanto en el control local del tumor como en la supervivencia (Lavey y Dempsey, 1993; Kumar, 2000).
Entre un 50 y un 70% de los pacientes oncológicos se someten a radioterapia en alguna fase de la enfermedad con el objetivo de maximizar el control loco-regional del tumor y aumentar la supervivencia.
Hay estudios que han demostrado que cerca de un 60% de los tumores de cérvix localmente avanzados tienen áreas de tejido con hipoxia, las cuáles están heterogéneamente distribuidas dentro de la masa tumoral (Vaupel et al, 2001, Höckel et al, 2001). Pacientes con niveles elevados de hipoxia intratumoral presentan un peor control de la enfermedad y supervivencia que pacientes con tumores mejor oxigenados, ante un mismo estadio y tamaño tumoral (Lartigau, 2007).
La hipoxia tumoral hace resistentes a los tumores sólidos a la radioterapia y quimioterapia tanto a través de mecanismos directos, indirectos o ambos:
La hipoxia tumoral es dependiente de factores como el tamaño tumoral, tipo histológico, estadio, aporte de hemoglobina y extensión de la necrosis, ocurriendo cuando el tamaño del tumor supera la capacidad de la micro-circulación para aportar el oxígeno necesario a las células tumorales.
Varios estudios muestran que el grado de hipoxia es mayor en la área tumoral que en los tejidos adyacentes normales (Clarke y Pallister, 2005) (Varlotto y Stevenson, 2005).
La relación entre hipoxia tumoral y evolución o gravedad del proceso neoplásico se puede explicar por 3 hipótesis:
Los estudios han demostrado que el O2 suplementado al tumor es muy reducido y que la hipoxia se intensifica con niveles de hemoglobina por debajo de 10-12 g/dl, especialmente cuando la baja capacidad transportadora del O2 coincide con una baja tasa de perfusión (Vaupel et al, 2001, 2002). Por otro lado, la corrección de la anemia puede mejorar la respuesta a la quimioterapia y la radio-sensibilidad del tumor (Silver y Piver, 1999; Thews et al, 2001; Kader et al, 2007).
Obermair et al, observaron en pacientes con carcinoma cervical que la respuesta a la quimioterapia era un 90% más eficaz cuando los niveles de hemoglobina eran superiores a 11g/dL, durante cualquier ciclo de quimioterapia, sugiriendo que la concentración de hemoglobina circulante estaría relacionada con el grado de oxigenación del tumor y en consecuencia, con la respuesta a la quimioterapia (Obermair et al., 2001).
La anemia en pacientes con cáncer cervical tratados con radio-quimioterapia ocurre en más del 50% siendo frecuentes los trabajos que demuestran la influencia de diversos procedimientos para mejorar los niveles de anemia en esos pacientes (Kim et al., 2007).
En cuanto a los factores pronóstico que influyen en el tratamiento radio-quimioterápico, estudios iniciales en carcinoma cervical demostraron que la presencia de hipoxia estaba asociada a un peor control local y supervivencia libre de enfermedad en pacientes con carcinoma cervical con un seguimiento de 3 años; por otro lado el grado de oxigenación, estadio y la concentración inicial de hemoglobina fueron factores significativos en la respuesta al tratamiento (Knocke et al., 1999) (Tabla 1).
Dunst et al. estudiaron 87 pacientes con carcinoma cervical que recibieron radioterapia externa más braquiterapia y observaron que en 20 pacientes con los niveles de hemoglobina por encima de los 13g/dL hasta 19,8g/dL la tasa de fallos locales en 3 años era de 6%, 15% en 47 pacientes con hemoglobina entre 11 y 13g/dL y 67% en 20 pacientes con hemoglobinas inferiores a 11g/dL, (p=0.0001).
Los pacientes con bajas presiones de pO2 también tuvieron menores tasas de supervivencia global en 3 años comparado con pacientes con mayor nivel de pO2 (Dunst et al., 2003).
En otro estudio, los niveles de hemoglobina se relacionaban tanto con el pronóstico y evolución del paciente como con el volumen tumoral. Pacientes con niveles inferiores a 13gr/dl tuvieron un pronóstico desfavorable, tendiendo a agravarse cuando los valores estaban por debajo de los 12 gr/dl (Martin et al., 2003).
Winter et al. determinaron la relación entre el nivel de hemoglobina antes o durante el tratamiento con cisplatino y radioterapia (RT) con la supervivencia en mujeres con cáncer cervical localmente avanzado. En el análisis univariante donde se analizó edad, raza, estadio, grado de la enfermedad, tamaño del tumor, tipo histológico y duración de la radioterapia, la media de los valores de hemoglobina durante el tratamiento fueron predictivos de la progresión de la enfermedad (P<0.0001). Sin embargo, el nivel de hemoglobina pretratamiento no era significativo en el análisis multivariante. Durante el curso del tratamiento los valores de hemoglobina durante el último periodo tenían mayor valor predictivo en la progresión de la enfermedad (p=0.0289) (Winter et al., 2004).
Grigiene analizó el valor pronóstico de la anemia en 162 pacientes con carcinoma cervical tratados con radioterapia. En el análisis multivariante, el nivel de hemoglobina antes del tratamiento demostró ser significativo en la supervivencia global (p=0.001), supervivencia libre de enfermedad (p=0.003) y supervivencia libre de recidiva (p=0.002). Por otro lado, la presencia de adenopatías mayores de 10 mm. se relacionaron con una peor supervivencia global (p=0.008), supervivencia libre de enfermedad (p=0.023) y supervivencia libre de recidiva (p=0.028) (Grigiene et al., 2005).
En el estudio de Choi et al. el estadio, la presencia de metástasis ganglionares, el tipo histológico y los niveles de hemoglobina durante el tratamiento con radio-quimioterapia estaban relacionados de forma significativa con la supervivencia global y libre de enfermedad (p<0.05) en pacientes con carcinoma de cérvix. Los niveles de hemoglobina superiores a 10.0 g/dL se asociaron con una mejor supervivencia global y libre de enfermedad (p<0.05). Sin embargo, no se observó mejoría en pacientes con metástasis ganglionares (Choi et al., 2006).
Nº Ptes |
Hb |
Estadio |
Tamaño T |
Ganglios |
Supervivencia |
|
Knocke (1999) |
51 |
Si |
Si |
Si(1) |
||
Dunst (2003) |
87 |
Si |
Si |
Si(2) |
||
Martin (2003) |
114 |
Si |
Si |
Si(1) |
||
Winter 2004) |
494 |
Si |
Si(1) |
|||
Grigiene (2005) |
162 |
Si |
Si |
Si(1,2) |
||
Choi (2006) |
85 |
Si |
Si |
Si |
Si(1,2) |
Tabla 1: Factores pronósticos que influyen en la supervivencia y el tratamiento radio-quimioterápico en carcinoma cervical.
(1): Supervivencia libre de enfermedad, (2): Supervivencia global