2. PROTEÍNAS DE ADHESIÓN CÉLULA-CÉLULA

2.          PROTEÍNAS DE ADHESIÓN CÉLULA-CÉLULA

Las células epiteliales presentan una gran variedad de interconexiones moleculares, una de los cuales, específica de la membrana celular, se denomina unión adherente. Las moléculas responsables de dicha adherencia son las cadherinas, glicoproteínas de la superficie celular calcio-dependientes con un peso molecular de 120 kD que se componen de un dominio extracelular (en la región N-terminal) y un pequeño dominio intracitoplasmático (en la región C-terminal) conectados por una región transmembranal (Bibbo & Longatto, 2001).

La rotura de las uniones celulares no sólo disminuye la adherencia celular sino también se relaciona con la desestructuración e irregularidad intracelular.

Las mutaciones en el gen de la E-cadherina se relacionan con neoplasias de células aisladas como son los carcinomas difusos del estómago y carcinoma lobulillar de mama (Machado JC, 1999).

En mamíferos se identifican tres tipos de cadherinas:

i.           E-cadherina (epitelial)

ii.          N-cadherina (nervioso y muscular)

iii.      P-cadherina (placentaria) (Bibbo & Longatto, 2001)

La E-cadherina es una molécula relativamente grande cuya fracción extracelular forma interuniones con las moléculas de E-cadherina de las células vecinas, y su porción intracitoplasmática se une al citoesqueleto a través de las proteínas intracitoplasmáticas llamadas cateninas, siendo la ß-catenina la responsable de la unión con la actina del citoesqueleto (Barth et al., 1997).

La ß-catenina es la mediadora entre el sistema de adherencia celular y la proteína c-erbB2, la cuál se encuentra amplificada en varios tipos de cáncer. Además, participa en la motilidad celular y metastatización (Bibbo & Longatto, 2001).

C-erbB2 es responsable de la fosforilación de la ß-catenina alterando su conexión a la E-cadherina, disminuyendo la adherencia celular y favoreciendo la invasión. La pérdida de función o de expresión de las cadherinas determina la pérdida de adhesión de células y su desprendimiento del tumor facilitando la invasión de tejidos circundantes. Por consiguiente, debido a este papel fundamental, se considera al gen de la E-cadherina como un supresor de tumores mostrándose mutado en aproximadamente un 40% o 60% de los carcinomas lobulillares de mama (Bibbo & Longatto, 2001).

En muchos cánceres de origen epitelial, la adhesión célula-célula mediada por la E-cadherina se pierde con la progresión tumoral, correlacionándose con el grado de tumores avanzados y una peor supervivencia del paciente (Hirohashi et al., 1998). Existen además otras moléculas de adhesión celular implicadas en este proceso como son las selectinas, ICAM-1, LFA-2 y CEA.