3.1 Diseño


3.1         Diseño

Los estudios de cohortes son diseños observacionales que se realizan sobre individuos expuestos y no expuestos, o de modo más general -y más preciso- sobre grupos cuyo grado de exposición es diferente, a un factor (por ejemplo, fumar cigarrillos), o a más de uno, que se cree pueden estar relacionados con la aparición del cáncer. Toda la población se sigue en el tiempo, y se compara la incidencia de cáncer, esto es, la aparición de nuevos casos, en los individuos expuestos en relación con la incidencia en los no expuestos.

En la Figura 1 se esquematiza el estudio de cohortes más simple: dos únicos grupos, expuestos y no expuestos a un único factor, para estudiar su efecto en el riesgo de aparición del cáncer. Las personas que son seguidas durante un cierto lapso de tiempo son las "cohortes". El término proviene de la Roma clásica, en referencia a los grupos de legionarios que avanzaban y combatían juntos: por extensión una cohorte es cualquier grupo de personas que comparte alguna característica.

En una primera etapa determinamos la exposición, en nuestro ejemplo el hábito de fumar cigarrillos. En una segunda etapa seguimos en el tiempo a todos los individuos, hasta obtener información fiable y precisa sobre la diferencia en las cohortes en la incidencia del evento o eventos de interés (cáncer de pulmón, de laringe, de vejiga, etc.), lo que denominamos efectos o "outcomes". Por lo común, esto supone realizar un seguimiento de grupos amplios de población, o bien durante un elevado número de años, o ambas cosas a un tiempo, para obtener un número suficiente de persona-tiempo de observación.



Esquema de un estudio de cohortes prospectivo

Figura 1. Esquema de un estudio de cohortes prospectivo



Si, en el análisis, comprobamos que la incidencia de cáncer es mayor en los fumadores, este hábito puede ser causa del cáncer. Lógicamente, si lo que valoramos es una exposición protectora, por ejemplo el consumo de fibra en relación con el cáncer colorrectal, ocurriría lo contrario, y la incidencia de este cáncer sería mayor entre los "no expuestos", esto es, entre los que no consumen fibra.

De manera implícita es necesario que en la comparación no se incluyan sujetos que, como ocurre con los que ya tienen la enfermedad, no tienen riesgo alguno de desarrollar el evento de interés: en otros términos, la población elegible estará formada por sujetos libres de cáncer al inicio de la observación. De hecho, en la primera etapa del estudio, cuando determinamos quiénes son los expuestos y no expuestos, debe hacerse un examen basal para excluir a los casos ya existentes.

Sin embargo, como quiera que el cáncer tiene un largo periodo de latencia (un intervalo prolongado desde su inicio hasta su diagnóstico clínico), para estar absolutamente seguros de que sólo estudiamos personas en riesgo, suele ser común, además, excluir los casos que debutan poco después del inicio del seguimiento: para el cáncer habitualmente no se consideran los que aparecen en los 2 o 3 primeros años.