2.1 Busque Un Lugar Tranquilo
2.1 Busque Un Lugar Tranquilo
El contexto en el que se desarrolle la información tiene mucha importancia. De entrada debemos decir que la costumbre de los médicos americanos de dar noticias de este tipo por teléfono, no nos parece adecuada. De hecho, un estudio reciente demuestra que a los enfermos americanos tampoco les parece adecuada. En este estudio, al 23% de los enfermos se les había informado por teléfono10.
Si la entrevista se lleva a cabo con un enfermo hospitalizado, se procurará, si el enfermo puede deambular, llevarle a una sala con mayor privacidad y comodidad, donde se pueda crear un ambiente de confort y distensión. Si el paciente está encamado y la habitación no es individual, se puede correr la cortina que a veces separa las distintas camas, lo que da la ilusión de cierta privacidad. Se procurará hablar más bajo con el fin de que los otros enfermos no escuchen la conversación (difícil, porque estarán muy atentos). Se procurará apagar el televisor, cerrar las puertas o ventanas si hay excesivo ruido exterior y, por supuesto, sentarse al lado del enfermo. Se deberá informar a la enfermera de la planta de nuestro objetivo para procurar no ser interrumpidos por eventuales visitas inoportunas. Y disponer de tiempo. El tiempo, la dedicación, es una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros enfermos. Cuando al pasar visita un enfermo dice: "Pero doctor, siéntese, por favor" está demostrando algo más que simple cortesía.
Si la información tiene lugar en el domicilio del enfermo, habrá que tener cuidado de cerrar la puerta de la habitación (este consejo puede parecer superfluo, pero este tipo de olvidos no son raros y acentúa el sentimiento de vulnerabilidad del enfermo).
Si la entrevista se va a desarrollar en el despacho del médico en el caso de un enfermo ambulatorio, es conveniente decir a la secretaria que no pase ninguna llamada telefónica durante el tiempo que dure la entrevista.
Algunas veces puede ser deseable la presencia de algún familiar en el momento de la información (si el paciente lo desea o acepta). Este familiar podrá escuchar al mismo tiempo y en los mismos términos lo que dice el médico y ocasionalmente, podrá confortar al paciente. Este soporte es precioso cuando, como consecuencia de la emoción y el impacto, este último rompe a llorar. Este hecho, lejos de significar una mala práctica del médico, es una reacción normal, comprensible y con frecuencia beneficiosa. En estos momentos es imprescindible hallarse en un lugar tranquilo y con pañuelos de papel a mano.