11. Perspectivas Futuras De Los Inhibidores De Aromatasa


11.     Perspectivas Futuras De Los Inhibidores De Aromatasa

Como se ha discutido a lo largo del presente artículo, existen varios inhibidores de aromatasa que cumplen con los requisitos de potencia (dosis clínicas de anastrazol, formestane o letrozole disminuyen hasta el 97% la síntesis de estradiol), especificidad y carencia de efectos secundarios, además de eficacia en el tratamiento de segunda línea de cáncer de mama refractario a tamoxifen. Han desbancado completamente al acetato de megestrol en segunda línea de tratamiento, y los datos disponibles avalan su imposición al tamoxifen como tratamiento de primera línea a corto plazo.

El uso de agentes anti-aromatasa está contraindicado en pacientes premenopáusicas con función ovárica normal, y también en tumores negativos para receptores de estrógenos y receptores de progesterona.

Nuevas moléculas, aún mejores, están en estudio con fines de bloquear más específicamente la aromatasa, pues el mercado puede abarcar todos los cánceres de mama dependientes de estrógenos y entrar en la prevención química del cáncer de mama en pacientes de riesgo.

No obstante, los tratamientos prolongados con inhibidores de aromatasa pueden tener importantes efectos en la fisiología ósea, provocando la entrada en osteoporosis severa al cabo de tres años de uso. Existe una notable inquietud al respecto en los ambientes oncológicos, y en tal sentido, se comienza a apuntar la posibilidad de que los agentes antiaromatasa con ligeros efectos androgénicos (exemestane, 4-hidroxiandrostendiona) pueden ser igualmente efectivos en el tratamiento del cáncer de mama y, en cambio, retrasar la aparición de osteoporosis.