2. Recuerdo Historico


2.    Recuerdo Historico

La cirugía es el primero y más antiguo procedimiento terapéutico utilizado para el tratamiento de los tumores. Galeno, el más famoso médico de la antigüedad (siglo II d.C) es el primero en asociar el crecimiento del cáncer con la imagen del cangrejo, recomendando a sus discípulos: "Haced incisiones precisas, rodeando todo el tumor, de modo que no quede ni una sóla raiz"1, enfatizando uno de los principios básicos de la cirugía oncológica: la exéresis completa del tumor hasta tejido sano, con bordes libres de enfermedad.

Estas normas se aplicaron durante siglos a las lesiones superficiales y limitadas, fundamentalmente a base de cauterización por medios físicos o químicos, llegándose en todo caso y de modo excepcional a la práctica de amputaciones menores, todo ello con una anestesia limitada o inexistente. No es hasta finales del siglo XIX, cuando se sientan las bases de la cirugía moderna, convirtiéndose en una realidad actuaciones antes inimaginables como la cirugía en las cavidades torácica o abdominal o en el cráneo. En 1881 Theodor Billroth realizó la primera resección gástrica por un carcinoma y en 1885 Francesco Durante extirpó igualmente con éxito un tumor cerebral.

La aparición y desarrollo en los dos últimos siglos de la anestesia, los antisépticos y los antibióticos, la hemostasia y las transfusiones, junto al perfeccionamiento de todo el material e instalaciones médicoquirúrgicas, con el soporte de las nuevas técnicas de reanimación y terapia intensiva, han contribuido al desarrollo de la cirugía actual, y de modo progresivo hemos asistido a la aparición y consolidación de nuevas especialidades quirúrgicas, que han mejorado el tratamiento de los tumores, al focalizar su atención en áreas más específicas.

La información proporcionada por la investigación clínica sobre la eficacia de los distintos tratamientos, y entre ellos de los distintos procedimientos quirúrgicos, y la creciente concienciación sobre la calidad de vida, ha conducido a una evolución hacia intervenciones cada vez menos agresivas y mutilantes, los llamados tratamientos conservadores, que consiguen similares resultados en cuanto a supervivencia y curación pero conservando la función ( continencia, potencia, en cirugía rectal y urológica) o la estética (mama).

La utilización en ocasiones del transplante de órganos como tratamiento de algunos tumores, substituyendo el órgano enfermo por otro nuevo, podría ser considerada como el máximo exponente del trabajo interdisciplinar y del progreso de la cirugía. Las indicaciones de este procedimiento terapéutico son aún objeto de debate, dados la escasez de órganos y los variables resultados.