1. Introducción
1. Introducción
Las radiaciones ionizantes, la radiación ultravioleta y algunas fibras minerales son capaces de causar cáncer. El mecanismo de la carcinogénesis inducida por las radiaciones ionizantes incluye el daño al DNA y su posible reparación. La exposición humana a radiaciones no solo es debida a la radiación artificial médica o bélica producida por el hombre, sino también a fuentes de radiación naturales como la cósmica o la proveniente de la propia tierra. Si bien en 1902 se diagnosticó cáncer de piel en las manos de un radiólogo, y en 1931 Martland relaciona la ingestión de radium por los pintores de diales con el osteosarcoma, no es hasta 1950 cuando se demuestra que la incidencia del cáncer depende de la dosis de radiación recibida. Los tumores más frecuentemente inducidos son las leucemias, seguidos de algunos tumores sólidos como los de pulmón o mama. La radiación ultravioleta, proveniente de los rayos del sol está estrechamente relacionada con el incremento del riesgo de padecer cáncer de piel, melanoma y no melanoma. Las fibras de asbestos inhaladas producen un incremento del riesgo de mesoteliomas y cáncer de pulmón.