5. Capacidades Funcionales Alteradas En El Cáncer


5.    Capacidades Funcionales Alteradas En El Cáncer

Numerosas evidencias demuestran que el cáncer es una enfermedad desarrollada en múltiples pasos que llevan asociados cambios dinámicos en el genoma, siguiendo un proceso análogo al de la evolución darwiniana. Según esto, la sucesión de alteraciones genéticas van siendo seleccionadas de forma que las que confieren una ventaja para el desarrollo de la enfermedad permiten que a partir de células normales se formen estadios transformados que pueden ser el origen de genotipos malignos con capacidad invasiva.

Se han descrito numerosos tipos distintos de cáncer con subtipos de tumores que pueden desarrollarse específicamente en un órgano concreto. La descripción y el estudio de este material ha permitido un conocimiento en profundidad de la enfermedad. La literatura científica añade día a día una capa más de complejidad a los principios básicos que se conocen sobre el proceso de transformación. Recientemente se ha sugerido que el extenso catálogo de genotipos presentados por las células tumorales son una manifestación de seis tipos de alteraciones esenciales en la fisiología de las células normales, representando capacidades adquiridas que comparten en común todos los tipos de tumores conocidos (Hanahan & Weinberg, 2000). En este "regalo de Reyes" que nos hacen sus autores para iniciar con nuevas perspectivas el nuevo milenio, se resumen de forma ilustrada las capacidades que adquieren las células para el desarrollo de la enfermedad (figura 6):



1.     Autosuficiencia en el crecimiento.

2.     Resistencia a estímulos antiproliferativos.

3.     Evasión de la apoptosis.

4.     Capacidad replicativa ilimitada (inmortalidad).

5.     Capacidad angiogénica sostenida.

6.     Capacidad de invasión y metástasis.



Cada uno de estos cambios en la fisiología celular, adquiridos durante el desarrollo de los tumores, representa una ventaja en la lucha contra los complejos sistemas de defensa con que cuentan las células para mantener estable la armonía funcional de los tejidos.

Las pautas seguidas por las células hasta desarrollar la enfermedad pueden ser el resultado de un proceso con múltiples combinaciones posibles. De esta forma, independientemente de cómo se



Las capacidades que adquieren las células para el desarrollo
         de la enfermedad (Hanahan y Weinberg, 2000)

         Figura 6. Las capacidades que adquieren las células para el desarrollo

         de la enfermedad (Hanahan y Weinberg, 2000): Autosuficiencia en el crecimiento,

         Resistencia a estímulos antiproliferativos, Evasión de la apoptosis, Capacidad

         replicativa ilimitada (inmortalidad), Capacidad angiogénica sostenida, Capacidad

         de invasión y metástasis. Cada uno de estos cambios en la fisiología celular,

         adquiridos durante el desarrollo de los tumores, representa una ventaja en la

         lucha contra los complejos sistemas de defensa con que cuentan las células para

         mantener estable la armonía funcional de los tejidos.



produzcan esos desarreglos en las funciones celulares, el punto biológico final al que se llega parece ser una característica común para la manifestación de la enfermedad (figura 7). Además, estas capacidades pueden variar en la manera en que son introducidas en la fisiología celular no sólo cronológicamente, sino también en lo referente a los aspectos mecanísticos. Así, puede ocurrir que una alteración genética particular signifique para un tumor la ganancia de varias de estas capacidades de forma simultánea, disminuyendose el número de eventos mutacionales hasta completar el proceso de génesis tumoral. También puede ocurrir al contrario; la ganancia de una capacidad puede necesitar de la colaboración de dos o más alteraciones genéticas, con lo que se incrementa el número de eventos mutacionales necesarios.



Las pautas seguidas por las células hasta desarrollar la enfermedad pueden ser
         el resultado de un proceso con múltiples combinaciones posibles

         

Figura 7. Las pautas seguidas por las células hasta desarrollar la enfermedad pueden ser

         el resultado de un proceso con múltiples combinaciones posibles. Independientemente de cómo se

         produzcan esos desarreglos en las funciones celulares, el punto biológico final al que se llega

         parece ser una característica común para la manifestación de la enfermedad. Estas capacidades pueden

         variar en la manera en que son introducidas en la fisiología celular no sólo cronológicamente, s

         ino también en lo referente a los aspectos mecanísticos. Así, puede ocurrir que una alteración genética

         particular signifique para un tumor la ganancia de varias de estas capacidades de forma simultánea,

         disminuyéndose el número de eventos mutac ionales para completar el proceso de génesis tumoral. También

         puede ocurrir al contrario; la ganancia de una capacidad puede necesitar de la colaboración de dos

         o más alteraciones genéticas, con lo que se incrementa el número de eventos mutacionales necesarios.



Por último, el proceso de tumorigénesis necesita de la inestabilidad genómica suficiente para que ocurran estos cambios en el genoma, un proceso muy poco eficiente debido a la existencia de complejos sistemas de reparación en el ADN que velan porque estos fallos no se produzcan durante el funcionamiento normal de las células. Las altas tasas de mutabilidad observada en los tumores sin duda debe ocurrir por la pérdida de una pieza clave de este sistema guardián, cuyo miembro más representativo es la proteína p53, lo cual es coincidente con el hecho de que su función se ha perdido en la mayoría de los tumores humanos.

Las ideas y conceptos propuestas por Hanahan y Weinberg (2000) llevó a una "reconceptualización de la biología celular del cáncer" que sin duda está produciendo en la actualidad profundos cambios en la forma en que se está estudiando experimentalmente la enfermedad.